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Ubicada río abajo en el Oibita
El agua captada fluye con su inercia hacia la casa de máquinas San Bartolomé, donde se encuentran dos unidades turbogeneradoras de la marca VOITH, que suman una capacidad efectiva total de 19,9 MW.
El flujo de agua impulsa las turbinas, generando rotación que se transfiere a un generador eléctrico, el cual convierte este movimiento en electricidad de manera limpia y respetuosa con el medio ambiente.
El agua, tras pasar por las turbinas, continúa su curso con la misma inercia hacia la siguiente casa de máquinas, ubicada río abajo en el Oibita.
Segunda casa de máquinas con dos turbinas y liberación del agua al río y al igual que PCH San Bartolomé, en la PCH Oibita se encuentran dos unidades turbogeneradoras de la marca VOITH, que suman una capacidad efectiva total de 19,9 MW.
El agua que llega a la casa de máquinas Oibita proviene de las turbinas en San Bartolomé y se utiliza para el mismo proceso de generación de energía.
Al llegar a las dos unidades turbogeneradoras, el agua impulsa las aspas de las turbinas, generando movimiento. Este movimiento se transfiere a un generador eléctrico, que convierte la rotación en energía eléctrica. Luego, el agua es devuelta al río Suárez.
El agua que regresa al río mantiene la misma inercia o velocidad con la que entró, por lo que no altera el caudal ni el flujo natural del río.
Durante el proceso de generación de energía hidroeléctrica, se extrae una pequeña cantidad de agua del río, que se devuelve sin causar contaminación. Por eso, esta energía es renovable y respetuosa con el medio ambiente, aprovechando entre el 90% y el 95% de la energía generada por los turbogeneradores.
Segunda casa de máquinas con dos turbinas y liberación del agua al río.
A diferencia de las centrales hidroeléctricas de embalse, San Bartolomé utiliza el modelo de centrales de pasada. Este modelo aprovecha el desnivel natural del río para desviar un pequeño porcentaje del caudal de agua mediante un canal de derivación. El agua es conducida por una tubería hasta la primera casa de máquinas, después de un proceso de filtrado para eliminar objetos como basura o ramas.
Energía hidroeléctrica a filo de agua
La energía hidroeléctrica a filo de agua utiliza el flujo continuo de un río para generar electricidad sin necesidad de grandes embalses. El proceso comienza con la captación de una porción del caudal del río mediante un canal de derivación, que dirige el agua a través de un sistema de filtrado para eliminar sedimentos y objetos. Luego, el agua limpia impulsa las turbinas, generando energía mecánica que se convierte en electricidad mediante un generador. Finalmente, el agua se devuelve al río con su caudal y velocidad originales, minimizando el impacto ambiental y aprovechando el flujo natural para una generación de energía eficiente y sostenible.
No requieren grandes embalses, evitando la alteración significativa de ecosistemas acuáticos y la inundación de extensas áreas de tierra.
Aprovechan el flujo continuo del río sin necesidad de almacenamiento, reduciendo la dependencia de condiciones climáticas variables.
contribuyen a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero al reemplazar combustibles fósiles.
Permiten una integración adaptativa en ríos y corrientes, con mínimas modificaciones al paisaje.